A pesar de que como podréis ver a continuación la fotografía en cuestión parece extremadamente desenfocada y apenas podemos distinguir nada, se trata de una imagen que es la primera en su clase: la primera fotografía de una proteína simple.
Si bien ya teníamos imágenes incluso de átomos individuales, fotografiar proteínas es más difícil porque requieren tanta luz para ser iluminadas que ésta arruina el proceso.
Investigadores de la Universidad de Zurich lo han logrado haciendo uso de una lámina de grafeno como portaobjetos en lugar de la clásica placa de cristal.
El grafeno es una sustancia formada por carbono puro, con átomos dispuestos en un patrón regular hexagonal similar al grafito, pero en una hoja de un átomo de espesor, lo que permite que sea extremadamente ligero: una lámina de 1 metro cuadrado pesa tan sólo 0,77 miligramos.
Lo que hace el grafeno es que retiene las moléculas que forman la proteína en su lugar. Al mismo tiempo, su grosor permite usar una retroiluminación tan suave que no destruye la proteína. Ello ha permitido fotografiar ya proteínas de distintos tipos: